Existen dos fuentes básicas de contaminación hídrica: naturales y antropogénicas. Las naturales contaminan con una frecuencia menor, pero pueden tener impactos igual de importantes como las acciones del hombre. Por ejemplo, el petróleo y el gas natural son potenciales compuestos contaminantes que se filtran en los océanos y los lagos a través de fuentes subterráneas naturales. La proliferación de algas y los desastres naturales también contribuyen a contaminar el agua con partículas extrañas.
También, las actividades humanas afectan el agua a mayor escala. Las industrias (fábricas, refinerías, plantas de tratamiento de residuos, etc.) y operaciones agrícolas vierten sus aguas cargadas de sustancias químicas peligrosas. Es común que se desechen las aguas residuales humanas hacia ríos y mares, que se desechen hacia aquellos los excrementos animales, que se tire basura visible o que se viertan accidentalmente miles de litros de petróleo.
Fuente: wikipedia.org
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